Un equipo de investigadores suizos y alemanes ha colocado un plásmido de ADN en la superficie de un cohete para ver si sobrevivía durante un vuelo suborbital. Los resultados revelan que el ADN soportó las altas temperaturas del lanzamiento, el duro viaje y la reentrada en la Tierra, donde muchas de las moléculas seguían manteniendo sus propiedades.
El experimento consistió en colocar directamente unos plásmidos (moléculas de ADN extracromosómico que aportan ventajas a las células que los llevan, como resistencia a determinados antibióticos) en diversos puntos de la superficie y algunos tornillos del cohete Texus-49, lanzado en marzo de 2011 desde un centro espacial en Kiruna, al norte de Suecia. La nave voló durante 780 segundos con una trayectoria balística, alcanzando una altitud máxima de 268 km.
Pero lo realmente sorprendente fue que el 35% del ADN recuperado mantenía sus propiedades iniciales.
JAIME MARTÍNEZ ORTIZ
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