miércoles, 26 de noviembre de 2014

ESTRELLAS BINARIAS


Astrónomos de la Universidad de Alicante, del Centro de Astrobiología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CAB-CSIC) y del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) han detectado dos gigantescas estrellas que se encuentran muy próximas entre sí en la constelación de la Jirafa, tanto que acabarán formando un único y colosal objeto de más de 60 masas solares. Las observaciones, realizadas dan la razón a las teorías que sugieren que las estrellas más intensas se forman por la fusión de otras más pequeñas.

El sistema observado por los astrónomos es la binaria eclipsante MY Camelopardalis (MY Cam), se llama así porque está formada por dos estrellas que, observadas desde la Tierra, sufren eclipses y pasadas mutuas para conseguir su plano orbital orientado hacia nuestro planeta.
Los investigadores concluyen que MY Cam es la binaria más intensa observada cuyas componentes, dos estrellas de tipo espectral O (de color azul, muy calientes y luminosas), de 38 y 32 veces la masa del Sol, están todavía en la serie principal y se encuentran muy próximas entre sí, con un periodo orbital de menos de 1,2 días, es decir, el periodo orbital más corto en este tipo de estrellas.
La binaria se formó prácticamente como se encuentra ahora, lo que significa que las estrellas estaban ya casi en contacto en el momento en que se formaron. Los científicos creen que las dos estrellas acabarán por fusionarse en un único objeto antes de que ninguna de ellas tenga tiempo de evolucionar significativamente.
Las estrellas como puede ser el Sol nos pueden parecer las más comunes pero no es así, la mayor parte de las estrellas pasan su vida amarradas por la fuerza de la gravedad a una estrella compañera formando lo que se llama un sistema binario o incluso a varias (sistema múltiple). En particular, las estrellas mucho más masivas que el Sol, las que contienen una masa equivalente a la de muchos soles, tienden a aparecer siempre en compañía.
Un ejemplo particularmente notable es, precisamente, MY Camelopardalis. Para su estudio los astrofísicos obtuvieron un gran número de espectros o visualizaciones del sistema con el espectrógrafo FOCES, que operó durante muchos años con un telescopio de 2,2 m del Observatorio de Calar Alto. Usando el efecto Doppler, estos espectros permiten medir las velocidades con las que se desplazan las estrellas en sus órbitas. Además, mediante un análisis detallado de las características de los espectros, los astrofísicos pueden determinar las propiedades fundamentales de las estrellas, como su temperatura superficial, su tamaño... Para completar su trabajo, algunos astrónomos aficionados que midieron los cambios en la cantidad de luz que nos llega desde el sistema a lo largo de la órbita, lo que se denomina la “curva de luz del sistema.”
 


                                                                                           Andrea Fernández Ruiz

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